Invertir en gallinas

En mi caso concreto utilizo las gallinas como figura simbólica para representar las acciones. Puestos a imaginar, prefiero imaginarme una gallina a imaginarme un trozo de papel (la acción). Más concretamente me las imagino como gallinas de huevos de oro, porque al fin y al cabo, las gallinas (acciones) ponen huevos de oro (dividendos, subidas de valor, ampliaciones liberadas, etc) que me permiten ganar dinero.

El negocio de compra-venta de acciones que pagan dividendos

La gallina es un animal muy agradecido: es barato, cuesta muy poco darlas de comer (sobre todo si están en libertad, es decir si las compro y me olvido de ellas sin mirar todos los días las cotizaciones) y por las noches vuelven al gallinero para premiar mis cuidados poniendo huevos que luego puedo vender o puedo dejar incubarse para conseguir más gallinas que me den más huevos todavía.

Mi gallinero es, en esencia, mi cartera de valores. Cuantas más gallinas tengo más huevos obtengo.

Con el truco de imaginar que mis acciones son gallinas consigo una cosa muy importante: el dinero en si mismo deja de tener importancia. No tengo una acción que me ha costado X ni tampoco pierdo Z si el precio de la acción baja, tengo una gallina que me ha costado dinero pero que me va dando huevos periódicamente y a la larga la venta de los huevos me compensará lo que me costó la gallina. ¿Qué más me da que suba o baje el precio de la gallina? Mi negocio son los huevos.

Mucha gente compra acciones y cuando la bolsa baja se aterran viendo el dinero que están perdiendo, se asustan y venden a unos precios penosos para no perderlo todo. A mi me da igual que el precio baje, yo sigo teniendo mis por ejemplo, 100 gallinas y sé que por mucho que baje el precio seguiré recibiendo mis huevos. Es más, me froto las manos cuando los precios de las acciones caen porque eso me permite ir comprando más cantidad de gallinas con el dinero que voy ahorrando más los dividendos que voy acumulando (los huevos que ponen mis gallinas). Y no me importa tampoco si la bolsa sube, aunque si veo que mis gallinas valen el doble de lo que me costaron seguramente me plantearé vender para obtener liquidez para comprar otra raza de gallinas (otro tipo de acciones). A mi lo único que me importa es tener mayor número de gallinas, cuantas más tenga más huevos me pondrán. A la larga el precio que me costaron (incluyendo comisiones de compra) irá diluyéndose porque voy recibiendo dividendos que antes o después acaban por hacer que mi gallina me haya salido gratis.

Cualquier asesor financiero te aconsejará diversificar las acciones para minimizar las perdidas. Por ejemplo comprar acciones de bancos, de eléctricas, de constructoras y de aseguradoras. Así, si hay un terremoto, seguramente las aseguradoras bajen mucho de precio y den nulos beneficios. Las eléctricas quizá bajen menos que las aseguradoras, pero bajarán porque tendrán que reconstruir las líneas eléctricas y las casas destruidas no consumirán tanta luz; pero seguro que los bancos subirán porque obtendrán jugosos beneficios ofreciendo prestamos para reconstruir las casas destruidas por el terremoto. Y bueno, no quiero ni pensar en la revalorización de las empresas constructoras, que tienen que reconstruir ciudades enteras, porque seguramente me hagan rico.

Yo hago lo mismo con mis gallinas. Compro gallinas (acciones) de distintas razas. Unas son muy buenas ponedoras que me aseguran un huevo diario. Otras ponen menos, pero me compensa el tamaño descomunal de sus huevos (jugosos dividendos), otras razas de gallinas no enferman nunca (acciones seguras con poca o nula volatilidad), a otras razas no tengo que preocuparme de darlas de comer porque picotean gusanos y otros bichos cuando las dejo sueltas por el campo y me ahorro darles pienso, y así un largo etc.

Las gallinas ponen huevos que puedo vender (cobrando los dividendos) o dejar que dichos huevos sean incubados para conseguir pollitos (reinvirtiendo los dividendos) que algún día se convertirán cuando crezcan en vigorosas gallinas ponedoras (mi cartera de acciones aumenta de valor y mis beneficios son mayores).

Si tengo muchas gallinas que me costaron muy baratas puedo ir a venderlas al mercado cuando puedo venderlas a muy buen precio (beneficiándome de la subida del precio de las acciones). Luego, cuando las gallinas bajen de precio en el mercado puedo volver a comprarlas (beneficiándome de la bajada del precio de las acciones al poder comprar más gallinas con el mismo dinero que obtuve por su venta).

Vamos, que especulo con gallinas dependiendo de lo que me venga bien hacer en ese momento determinado, pero siempre con la vista puesta en que mi negocio son los huevos.

No te voy a proponer por tanto, nada que no puedas emprender con un riesgo mínimo. Tampoco esperes obtener unas rentabilidades que te hagan rico de la noche a la mañana. Te voy a proponer sistemas bastante seguros para invertir en bolsa que te permitan dar los primeros pasos para obtener algún día la independencia o libertad financiera. Cuando conozcas lo básico, cuando estudies y cuando vayas aprendiendo lo fundamental podrás empezar a correr, pero primero debes aprender a andar.

Te propongo a ti, estimado lector mileurista, que hagas lo mismo que yo. Sé que tienes poco dinero para invertir pero lo bueno del negocio de las gallinas es que se necesitan solo unas pocas para empezar y las gallinas son muy baratas y dan muy buenos beneficios a la larga.

El único truco del sistema que te propongo es comprar gallinas y mantenerlas mientras vas ahorrando aunque sean pequeñas cantidades. Cuando tengas ahorrados por ejemplo 1.000 euros (a base de ahorrar por ejemplo 100 euros todos los meses) junta esos 1.000 euros ahorrados con los dividendos que te hayan dado tus gallinas y reinviértelo todo en más gallinas.

Además, y aunque parece una tontería, te aconsejo que vayas ahorrando en una cuenta remunerada que te pague intereses por el dinero que vayas ahorrando. Puede ser que si ahorras pequeñas cantidades solo te paguen unos centimillos pero piensa que, sumados mes a mes mientras ahorras, quizá esos céntimos te permitan comprar una gallina más. Y no olvides que una gallina más supone más huevos.

Quizá al principio no puedas comprar más que 20 o 30 gallinas (acciones), pero si empollas los huevos (reinviertes los dividendos), si vendes gallinas (cuando suban de precio en el mercado) o si compras gallinas (cuando bajen de precio) verás como con el tiempo acabarás teniendo tantas gallinas que necesitarás ampliar el gallinero (y tendrás tu camino hacia la libertad financiera muy encauzado).

¿Qué te parece mi filosofía de inversión? Todos los lectores agradecerán tus comentarios.