Sistemas automáticos de trading
Hoy he decidido escribir este artículo a raíz de haber leído en muchos foros varias consultas de personas a los que les sorprendía encontrarse, dentro de los rankings de sistemas automáticos, algún sistema que conseguía resultados extraordinarios históricamente, pero que justo cuando comenzaba a operar en el mercado real, sus resultados cambiaban drásticamente, mostrando unos resultados que parecían tener poco que ver con lo que históricamente conseguía el mismo sistema.
Me preocupa comprobar cómo, en muchas ocasiones, hay inversores que se lanzan a la piscina sin ni siquiera saber si hay agua, cegados únicamente por la supuesta rentabilidad de un sistema automático de trading.
Ventajas de los Sistemas Automáticos de Trading
– Se trata de una alternativa especialmente valorada por los inversores a los que les resulta imposible supervisar los mercados y analizar los mismos durante las 24 horas del día. El trader u operador no puede estudiar simultáneamente multitud de indicadores, puntos de giro, Fibonaccis, soportes, resistencias y diferentes timeframes (periodicidades del gráfico de precios) de varios instrumentos a la vez, pero un Sistema Automático de Trading sí es capaz y, además, puede lanzar la operación “como un misil” en menos de un segundo, ejecutándose instantáneamente de una forma garantizada, sin la intervención del ser humano.
– Facilitan claras señales de Compra y de Venta, mientras realiza una adecuada gestión del capital bajo el criterio de conseguir unos objetivos predefinidos.
– Gestionan de forma automática e inteligente los Stop Loss, Take Profit, Trailing Stop, órdenes pendientes, órdenes abiertas, abren nuevas posiciones, cierran…
– Permiten el examen de todos los parámetros y resultados de un Sistema profesional (proceso denominado prueba de estrategia o “backtesting”). Permiten la posibilidad de optimizar los parámetros necesarios para mejorar los resultados bajo unos criterios de riesgo sensatos, buscando también potenciar la consistencia en el tiempo, es decir, que los resultados se repitan en el futuro.
– Eliminan las debilidades generadas por el factor humano, que habitualmente cae ante la presión psicológica y la irracionalidad que muchas veces presentan los mercados. Estos factores pasan a actuar a nuestro favor cuando operamos con un Sistema Automático de Trading.
– El usuario puede decidir cuándo activar un Sistema Automático. Cuándo quiere que simplemente le proporcione la señal de Compra o Venta o cuándo quiere que, además, ejecute esa orden de Compra o Venta de forma automática, adaptándose así a sus necesidades en cada momento.
Empiezan nuestras dudas…
A priori, podemos fijarnos exclusivamente en estos conceptos:
DrawDown actual: Última serie de pérdidas.
% DDA: Porcentaje que representa el Drawdown actual de un sistema, con respecto al drawdown histórico (del periodo seleccionado). Si el porcentaje, fuese cero, el sistema estaría en máximos y por el contrario, si el porcentaje fuese 100, el sistema estaría en máximo drawdown (máxima perdida).
Peor DrawDown: Peor serie de pérdidas que ha soportado el sistema en el periodo analizado.
Capital Inicial: Capital necesario para activar el sistema, en función del perfil de riesgo del inversor. Capital inicial = Multiplicador * DrawDown Histórico + Garantía.
Capital recomendado: Es el capital mínimo que da unas razonables garantías de éxito aunque puedes perderlo todo si el DrawDown es muy elevado.
¿Qué pasaría sí…?
Llegados a este punto me acuerdo del mono que batió a prestigiosos analistas de bolsa por el procedimiento de tirar dardos al azar sobre una página de cotizaciones y construir una cartera con los valores marcados por las puntas de los dardos arrojados por el mono. Sí, es triste reconocerlo pero el mono superó a los analistas.
Pensando en el mono, me invento un sistema automático de Trading que compre y venda acciones por el “científico procedimiento” de tirar una moneda al aire. Quizá el 90% de las operaciones salgan mal, pero con una cuidadosa gestión de stop-loss esas pérdidas serán minúsculas y el 10% de operaciones que salen bien me dan una rentabilidad elevada. O puedo comprar acciones que lleven 8 días bajando o puedo invertir en futuros si la primera persona que veo por la calle es una mujer. Da igual.
Como el 90% de las operaciones salen mal, el DrawDown será muy alto. Pero es tan sencillo como subir el capital inicial y el recomendado hasta que el 10% de aciertos me dé la rentabilidad deseada.
Una vez tengo el sistema testeado y probado lo meto en alguna de las pasarelas de Trading automático que existen y me pongo a venderlo.
Como al broker le interesan las comisiones, me aceptarán el sistema aunque sea una mierda porque ellos quieren ganar dinero con las comisiones que genera el sistema. Si tengo algo de suerte, aunque para operar necesite un capital de un millón de euros, seguro que algún pardillo picará y me lo comprará cuando vea la rentabilidad. Es triste, pero casi todos se fijan en la rentabilidad y dan poca importancia al capital necesario o al DrawDown máximo histórico.
Otra posibilidad sería crear mil sistemas de trading distintos e incubarlos todos ellos durante un par de años para que cada uno de ellos me dé diferentes rentabilidades históricas. Pasados esos dos años, selecciono los que mejores rentabilidades tengan, los que mejores drawdown históricos muestren. Con quedarme con los diez mejores de esos mil me vale. Retiro los 990 sistemas restantes del mercado y dejo solo diez sistemas con buenas rentabilidades, buenos drawdowns y que han estado funcionando bien durante dos años y me pongo a venderlos. La gente no sabe que había otros 990 sistemas que simplemente nunca existieron por que han desaparecido del mercado.
El broker gana comisiones, yo gano vendiendo los sistemas y, sinceramente, nos da igual que todos los usuarios se arruinen. Si alguien nos reprocha algo, vale con enseñarles la cláusula esa que dice “Rentabilidades pasadas no aseguran rentabilidades futuras” o esa otra que dice “Usted invierte bajo su propio riesgo”. Judicialmente nadie nos puede reprochar nada ni al broker ni a mí, pero da que pensar que nosotros hemos ganado y tú te has arruinado.
Mi opinión:
Por regla general, salvo honrosas excepciones en que reconoceré equivocarme, los «Sistemas Automáticos de Trading» que se «venden» al publico están hechos para atraer clientes a los brokers, nada más. Los sistemas de trading suelen ser un timo en la mayoría de los casos.
Existe un cálculo muy sencillo para ver si un sistema es bueno o malo, consiste en dividir la media de todos las operaciones positivas / la media de todas las operaciones negativas (sin signo -). Se llama Esperanza Matemática Discreta.
Verás que los sistemas que venden están alrededor de 0.3. Eso significa que cada operación negativa se compensa con otras tres operaciones y pico, ya sean positivas o negativas, esto es en general lo esperado.
Pues bien, ese valor es demasiado bajo, los sistemas buenos de verdad están por encima de 0.5. Una negativa se compensa con dos operaciones cualesquiera. Verás como no encuentras ningún sistema con ese valor y si lo encuentras se venderá a precios desorbitados.
Hay muchos tipos de sistemas, pero básicamente los que mejor funcionan son los tendenciales (% de aciertos bajo, pero ganancias abultadas) en contraposición a los antitendenciales (% de aciertos elevado pero ganancias reducidas por operación), pero hay que tener estómago para soportar el drawdown que este tipo de estrategias puede llegar a generar.
¿Qué opinas al respecto? ¿Has invertido con Sistemas Automáticos de Trading? ¿Qué experiencias has tenido? Esperamos tus comentarios que, a buen seguro serán enriquecedores para todos los lectores de este blog.
Felicidades por el post, comparto que los sistemas de trading, es la manera de invertir de forma correcta, al ser precisa una disciplina y valoración de las entradas salidas, el poder utilizar los avances tecnológicos para comprobar los resultados de la estrategia, gracias a la automatización y creación de sistemas de trading automáticos, ello proporciona una gran ventaja de que forma manual seria muy tediosa de realizar y poder ejecutar la estrategia de inversión de una manera objetiva y disciplinada.