¿Análisis fundamental, técnico o racional?

Análisis racional: ese gran desconocido para la mayoría de los pequeños inversores

Análisis racional: ese gran desconocido para la mayoría de los pequeños inversores

Todos los días vemos comentarios curiosos en los foros porque mucha gente compra y vende acciones sin tener la más remota idea sobre las compañías en que invierten su dinero. El pardillo de turno lee un comentario de algún “guru” o lee a un analista que recomienda comprar y se tiran a la piscina sin mirar si la piscina está llena o si está vacía porque la están limpiando. Y claro, si la piscina está llena, lo peor que puede pasarnos es que nos demos un planchazo; pero como esté vacía, nos podemos romper los dientes, o podemos partirnos el cuello, o algo peor.

Así, en los foros vemos gente que hace preguntas ingenuas del tipo: ¿entonces voy a perderlo todo?, ¿pero no son profesionales, no recomendaban comprar?, ¿lo vendo todo o espero a ver si recupera?. Y lo peor del caso es que hacen caso al primero que opina a continuación, da igual que sea una opinión fundamentada o no, da igual que se base en análisis técnico o fundamental o se base en una teoría de las conjunciones astrales.

En el fondo la inmensa mayoría de los pequeños inversores son como una gran colmena de abejas atraídas por la miel o se sienten atraídos por la manada para no desentonar de su rígido camino, y poder sentirse cómodos y seguros en ella.

Empresas que han caído mucho, desde los 30€ hasta los 2€ actuales son una atracción incontrolable para muchos inversores que usan un razonamiento erróneo: si antes valía X y ahora valen mucho menos, está claro que ahora esta “infravalorada” (¿para qué van a preguntarse el porqué de esa grandísima bajada, verdad?). Lo contrario también es un poderoso imán, ¿cómo voy a perderme esa subida del 27% en un mes? Compro ahora mismo que algo ganaré (y justo compran cuando la subida ha terminado y el precio empieza a corregir).

Llegados a este punto nos preguntamos: ¿Cómo podemos evitar caer en esas trampas que nos tiende el mercado? ¿Cómo no quedar pillados como ha pasado a muchos con Banco de Valencia, Bankia o Pescanova por citar tres ejemplos?

Las dos respuestas, a priori, son el análisis fundamental y el análisis técnico. Son dos instrumentos que podemos utilizar en nuestro beneficio y que nos permiten jugar un poco mejor nuestras cartas. Pero tampoco son infalibles, vamos a ver el porqué.

El análisis fundamental no es perfecto, pero siempre deja pistas. Es lícito reclamar que las cuentas se presenten con total transparencia y veracidad, que los administradores se comporten éticamente, que las auditorías ejecuten su trabajo con independencia y honestidad, que los analistas sean profesionales y que los organismos de control y supervisión no estén comprados o manipulados.

Si todo lo anterior falla, lo que está fallando no es la bondad del análisis fundamental. Lo que está pasando es que estamos ante una pandilla de maleantes y eso no tiene nada que ver con el análisis fundamental o el análisis técnico.

En una cadena tan larga, con tantas personas implicadas, cualquier fallo puede mandarlo todo al garete. Las cuentas pueden haber sido trucadas o maquilladas, las auditorías pueden caer a veces en errores de todo tipo (de apreciación, de valoración, etc.), los analistas fundamentales pueden ser auténticos profesionales o ser tan novatos como el que lee sus opiniones, etc.

El análisis fundamental, de todos modos, da muchas pistas: un elevado endeudamiento, problemas de liquidez, deuda sobre ebitda, rumores relacionados con la empresa, problemas para generar caja, grado de exposición a mercados en crisis, etc.

Respecto al análisis técnico pasa un poco lo mismo, da pistas, pero tampoco son infalibles. Antes, cuando el análisis técnico era desconocido, era mucho más fiable que ahora. Antaño, un soporte o una resistencia eran eso, soportes y resistencias. Ahora solamente son posibles soportes y posibles resistencias. Como hoy en día todo el mundo sabe un poquito de análisis técnico cada vez va quedando todo más desvirtuado. Antes el precio rebotaba en una media móvil casi con seguridad, ahora, como todo el mundo sabe que tiene que rebotar ya no está tan claro que vaya a rebotar. Antes, un stop-loss era una seguridad, ahora un stop-loss ya no es una seguridad porque todos sabemos donde estarán colocados los stop-loss y podemos (o algunos pueden) barrerlos con una facilidad pasmosa. Cuando algo es de dominio público y todo el mundo puede ponerlo en práctica, deja de tener valor.

Estoy convencido que la profesión de analista técnico pronto estará obsoleta, por un lado porque todos sabremos de análisis técnico y no necesitaremos que nos digan lo que puede pasar y por otro lado por la propia evolución de las cosas. Ahora hay ordenadores que ejecutan órdenes de compra-venta a velocidades asombrosas, programas informáticos que detectan donde están colocados los stop-loss para hacerlos saltar y a continuación aprovechar las fuertes caídas para comprar y acumular, ordenadores que tienen en cuenta cien mil variables en cosa de segundos. ¿Qué analista técnico va a poder competir contra las máquinas?

No sé si habréis reflexionado sobre ello, pero ¿no os habéis percatado que cada vez más la rentabilidad y los aciertos están en hacer justo lo opuesto a lo que dice el análisis técnico?

Yo cada vez tengo más claro y estoy más convencido que la bolsa, en el fondo, es un juego de tahúres, trileros y aventureros. No hay nada más. Tenemos que tener la picardía suficiente como para no cegarnos con el análisis fundamental o con el técnico y aprender a cuestionarnos las cosas. Si somos conscientes que estamos rodeados por mentirosos, jugadores, estafadores, tiburones nos será más fácil salir con buen pie de esa jungla bursátil despiadada.

Yo propongo empezar a aplicar el análisis racional. Es otra forma más de trucar los dados a nuestro favor. El análisis fundamental y el técnico nos dan pistas, pero solamente con el análisis racional acabaremos trucando los dados al máximo a nuestro favor.

Como el término es nuevo (o al menos yo no he leído nada sobre análisis racional en ningún sitio) voy a explicar un poco en lo que creo que debe consistir el análisis racional.

El primer paso del análisis racional involucra la recolección y evaluación de datos (información). Dichos datos se pueden presentar de muchas maneras, datos de análisis fundamental, datos que facilita el análisis técnico, datos de opiniones que encontremos en los medios de comunicación, datos procedentes de rumores, etc. Todos esos datos pueden recopilarse de webs de bolsa, prensa económica, blogs, foros bursátiles, etc.

Una vez recopilados los datos, los analizaremos empleando la lógica, el sentido común, la experiencia y los iremos valorando como positivos o como negativos. Es como hacer una contabilidad de puntos positivos a favor de la inversión y puntos negativos en contra de la inversión.

El análisis racional conlleva cuestionarnos los datos, intentar comprobar su validez, contrastarlos con fuentes bien informadas, hacernos preguntas de todo tipo y desde todos los ángulos posibles. Razonarlo todo, masticarlo, dejarlo reposar un poquito, estudiar muy bien todas las variables de nuestra inversión: precios de entrada y de salida, stop-loss, beneficio deseado, riesgos, capital a invertir, rendimientos esperados, tener una estrategia correcta, etc.

Metemos todos los datos en la coctelera y los agitamos bien para hacernos una composición de lugar lo más acertada posible. Si los puntos positivos superan a los negativos, entonces invertimos. Si los puntos negativos superan por goleada a los positivos, entonces nos olvidamos de la inversión. Y si hay empate entre ambos, mejor no hacer nada y quedarnos cruzados de brazos, porque seguro que se nos han pasado algunas cosas negativas.

Dicho en otras palabras, hay que estudiar bien nuestras inversiones, analizarlas, no hacer caso de ningún consejo u opinión sin contrastarlo primero y emplear eso que yo defino como análisis racional y que solo he esbozado someramente aquí. Solamente así podremos trucar los dados a nuestro favor y salir con vida de la jungla bursátil sin haber perdido todos nuestros ahorros.

Y sobre todo, antes de tirarte a la piscina, comprueba que esté llena de agua. La salud de tu bolsillo te lo agradecerá.