¿Qué mercado hundimos hoy?

¿Vas a seguir creyéndote todo lo que leas en las redes sociales?

¿Vas a seguir creyéndote todo lo que leas en las redes sociales?

Hemos podido comprobar con absoluta certeza los efectos casi instantáneos que pueden tener las redes sociales sobre los mercados financieros. Un tuit falso distribuido el 23 de abril a través de Twitter ha producido un hundimiento momentáneo de Wall Street. El Dow Jones ha caído en picado durante unos minutos aunque la rápida reacción de Associated Press (AP) ha conseguido que todo quedara en un susto más.

Según la agencia Efe, el Syrian Electronic Army (SEA), un grupo favorable al líder sirio Bachar al Assad, ha reivindicado el ataque, tras haber pirateado previamente otros medios internacionales como la BBC, la CBS o Al Jazzera.

Yo me pregunto: ¿tan fácil es hundir un mercado? ¿Un mensaje falso en Twitter puede provocar un hundimiento momentáneo en la cotización de Wall Street?

Pues sí que puede, sí. Es increíble, pero lo hemos podido comprobar en vivo y en directo.

Un tuit falso, en el que se informaba de dos explosiones en la Casa Blanca y de que el presidente Obama había resultado herido, ha provocado de golpe una fuerte reacción en los mercados estadounidenses en tan sólo dos minutos.

¿Por qué ha sido tan efectivo?, os preguntareis. Pues muy sencillo. El mensaje se ha publicado en la cuenta oficial de la agencia de noticias estadounidense AP, que tiene más de 1,9 millones de seguidores en la red social Twitter, tras haber sido secuestrada o pirateada.

Afortunadamente, poco después de la publicación del tuit falso, otras cuentas de Twitter de la agencia AP avisaron de que el mensaje era falso y que la cuenta había sido pirateada. Además, la cuenta oficial en Twitter de la agencia fue desactivada para evitar que el mensaje se propagara.

La rápida reacción de AP, que también avisó a otras agencias como Reuters de que el mensaje era falso, hizo que la caída del Dow Jones fuera sólo momentánea y se quedara en un susto, pero el susto ha sido grande y seguro que mucha gente ha perdido mucho dinero (y otros, que se hayan dado cuenta a tiempo de lo que en realidad pasaba, se habrán hecho de oro).

Anteriormente ya comenté en el blog que, en bolsa, conviene no fiarte ni de tu padre (ver entrada) y éste es sólo otro ejemplo más de lo que iremos encontrándonos a lo largo de nuestra vida como inversores.

¿Conclusiones que podemos sacar de todo esto?

La primera es que no debemos creernos nada de lo que leamos hasta no asegurarnos por otras fuentes de su certeza.

La segunda, que es demasiado sencillo piratear las redes sociales como para no tener activado permanentemente el chip de la duda por si acaso la información es falsa.

La tercera, que este tipo de ataques cibernéticos cada vez serán más frecuentes y que convendría ir tomando medidas al respecto.

Estoy seguro que incluso algún día pasará al revés, el mensaje será auténtico pero todo el mundo pensará que es mentira y, cuando se imponga la realidad, el batacazo de los mercados será incluso peor que si la noticia hubiera sido falsa.

Sobre todo, mi consejo es guardar la calma en todo momento y pensar un poco antes de malvender nuestras acciones en un momento de pánico. Tampoco se tarda tanto en comprobar en otros medios si una noticia es falsa o auténtica. Incluso podemos aprovecharnos de las bajadas repentinas si somos capaces de detectar la maniobra a tiempo y nos lanzamos a comprar cuando todos venden porque sabemos que es falsa la noticia.

Pensad que, con el tiempo, este tipo de cosas ocurrirán cada vez con mayor frecuencia así que no está de más tener estrategias pensadas por si acaso ocurren de nuevo.

Ahora sólo nos queda coger la bolsa de palomitas y sentarnos a esperar a ver que mercado intentan manipular o hundir mañana, porque ya hemos visto que es demasiado fácil hacerlo.