Lecciones de la Historia (I): Todo está inventado
Si algo tengo claro es que, por raro que nos pueda parecer, casi todo está inventado. Muchas veces lo único que hace falta es que alguien coja “eso que ya está inventado” y le ponga un nombre. Así de fácil, por increíble que pueda parecer.
La historia nunca me ha gustado por parecerme aburrida, pero con el tiempo le voy cogiendo gustillo a eso de bucear en la historia para aprender cosas sobre economía. Por citar un ejemplo, mencionaré en este artículo un episodio relativamente desconocido de la vida de Tales de Mileto que seguramente dará que pensar a más de uno sobre las lecciones que se pueden extraer de la historia.
Podría haber titulado este artículo “Tales de Mileto, precursor en economía”, o quizá, usando un título con más gancho, “Tales de Mileto, inventor de futuros y opciones” o, si quisiera un título verdaderamente impactante podría haberlo titulado “El día que Tales de Mileto decidió hacerse rico con los mismos métodos usados en Wall Street”. Pero no, me gusta la simplicidad, por eso lo he titulado “Todo está inventado”, porque por encima de todo, la idea principal de este artículo es demostrar que, incluso conceptos relativamente recientes como Futuros y Opciones ya estaban inventados aunque se les diera otro nombre.
Imagino que tú que lees esto desconocerás (igual que yo) el mercado del aceite, pero ya verás la increíble enseñanza que nos dejó Tales de Mileto sobre como utilizar los conocimientos que tenemos para hacernos ricos. Lee este artículo con amplitud de miras porque se pueden aprender dos cosas de la historia que voy a contarte: Por un lado que todo está inventado (aunque se le diera otro nombre) y por otro lado que tus conocimientos (o algo que sepas) pueden permitirte hacerte rico si sabes como aplicar esos conocimientos.
Tales de Mileto es considerado como el fundador de la filosofía occidental, también fue la primera persona en aplicar el uso del razonamiento deductivo a la geometría y a la que se le puede atribuir un descubrimiento matemático. Algunos historiadores van más allá, catalogándole como el padre de la ciencia por haber descartado el uso de la mitología para explicar fenómenos naturales. Todos conocemos su famoso teorema. Menos famosa es, sin embargo, la extraordinaria manera en la que se hizo rico.
A pesar de su talento e inteligencia, a pesar de haber previsto eclipses o haber calculado la distancia entre un barco y la costa mediante el uso de las matemáticas, o saber como calcular la altura de una pirámide, Tales de Mileto debía soportar las habladurías de la gente debido a su pobreza: ¿De qué te vale saber tanto si no tienes donde caerte muerto? ¿Si eres tan habilidoso por qué en lugar de resolver los problemas del mundo no empiezas por los tuyos propios? ¿Si eres tan sabio por qué no te enriqueces, por qué no prosperas en lugar de ser un fracasado?
Harto de las murmuraciones Tales decidió hacer algo al respecto. Debido a sus grandes conocimientos en astronomía (yo presupongo que más bien se debió a sus probables conocimientos botánicos), previó durante el invierno que la cosecha de aceitunas iba a ser excelente al año siguiente, teniendo eso en cuenta, asumió que disponía de una información de gran calidad (puedes llamarlo información privilegiada) para ejecutar un movimiento de inversión.
Reunió el dinero que fue capaz y lo entregó como deposito para arrendar la totalidad de prensas de aceite ubicadas en Mileto y Quíos. La intención era clara: si la cosecha de aceitunas se demostraba copiosa habría una gran demanda de prensas de aceite y él se encontraría en una posición de monopolio en el sector del prensado. Firmar el contrato meses antes de la recolecta de aceitunas le ofrecía más ventajas añadidas: al no haber otros licitadores podía obtener el arriendo a un coste más bajo del que sería normal.
Aún así, Tales no disponía del dinero suficiente como para alquilar esas prensas, lo que estaba haciendo era utilizar un derivado financiero. Aristóteles, que cuenta la historia del filósofo en el capítulo IV del primer libro de su «Política», no entra en detalles concretos sobre la forma específica del acuerdo:
«Citaré lo que se refiere a Tales de Mileto, a propósito de una especulación lucrativa que le dio un crédito singular, honor debido sin duda a su saber, pero que está al alcance de todo el mundo. Gracias a sus conocimientos en astronomía pudo presumir, desde el invierno, que la recolección próxima de aceite sería abundante, y al intento de responder a algunos cargos que se le hacían por su pobreza, de la cual no había podido librarle su inútil filosofía, empleó el poco dinero que poseía en darlo en garantía para el arriendo de todas las prensas de Mileto y de Quíos; y las obtuvo baratas, porque no hubo otros licitadores. Pero cuando llegó el tiempo oportuno, las prensas eran buscadas de repente por un crecido número de cultivadores, y él se las subarrendó al precio que quiso. La utilidad fue grande; y Tales probó por esta acertada especulación que los filósofos, cuando quieren, saben fácilmente enriquecerse, por más que no sea este el objeto de su atención. Se refiere esto como muestra de un grande ejemplo de habilidad de parte de Tales; pero, repito, esta especulación pertenece en general a todos los que están en posición de constituir en su favor un monopolio.»
Si leemos dicho texto con amplitud de miras, necesariamente debía de tratarse de una de dos posibilidades:
a) OPCIONES: En caso de que Tales hubiera pagado por disponer del derecho a arrendar las prensas si lo estimase oportuno, lo que implicaría que tuviese la posibilidad de no hacerlo si la cosecha de aceitunas fuera mala, perdiendo en esa situación solo el depósito adelantado, es decir, todo el dinero que tenía.
b) FUTUROS: Si Tales se hubiera comprometido además a hacer efectivo el alquiler, careciendo del derecho a volverse atrás.
Decantarse por un contrato del tipo a) o b) dependería de diversos factores:
La OPCIÓN le daría la seguridad de tener las pérdidas controladas en caso de un error de cálculo sobre la cosecha, pero los dueños de las prensas le pedirían un precio por el arriendo y un depósito mayores dado que si Tales se retiraba a última hora ellos deberían buscar un nuevo cliente.
El contrato de FUTUROS ofrecería la ventaja de tener que adelantar una señal más pequeña y obtener un precio de alquiler más bajo pero, en caso de un error en su previsión, las consecuencias serían desastrosas ya que se vería forzado a pagar el arriendo de las prensas.
En la práctica, el filósofo, con independencia de haber elegido una posibilidad u otra, se estaba apalancando para poder efectuar un negocio que de otra manera no habría podido ejecutar por falta de recursos económicos. Aún así se enfrentaba a perder todo lo que tenía, o todo lo que tenía y mucho más, especialmente en un contexto histórico en el que el impago podía llevar a consecuencias terribles. Tal como señala George Crawford, en su libro “Derivatives for Decision Makers: Strategic Management Issues” se trata del primer ejemplo histórico del uso de derivados financieros del que se tiene información específica.
Tales de Mileto acertó. Al llegar la época de cosechar las aceitunas su previsión fue acertada y la producción de aceitunas fue muy alta. Además, había sido capaz de arrinconar a los competidores al monopolizar la oferta de prensado y podía establecer el precio que quisiera (siempre que el límite fuera inferior al transporte de esas mismas aceitunas a otras ciudades).
El filósofo, habituado a la pobreza, el mismo que había calculado la altura de las pirámides, se había convertido en millonario. Supongo que debió ser para él como una venganza ante las habladurías sobre su pobreza y para callar a la gente malpensada. Personalmente, me hubiera gustado saber lo que hizo con el dinero, porque sin duda encerraría otra enseñanza, pero no he encontrado ninguna referencia histórica a como utilizó o gastó el dinero ganado con sus conocimientos y forma de pensar
En todo caso, lo relevante aquí no es que tomada literalmente la historia sea cierta o no. Lo relevante es que Aristóteles nos describe hace 2500 años cómo, mediante el uso de información privilegiada, la especulación financiera y el apalancamiento, puede uno enriquecerse.
Lo importante es que Aristóteles relata unos hechos que evidencian el uso y el conocimiento práctico de opciones y futuros por parte de Tales de Mileto y que, básicamente, son iguales a los de la actualidad.
¿Entiendes ahora a lo que me refería sobre que todo está inventado? ¿Entiendes también a lo que me refería sobre que puedes aplicar tus conocimientos o cosas que sabes para ganar dinero? El cómo lo hagas depende exclusivamente de ti.
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Excelente artículo, totalmente de acuerdo la filosofía te permite explorar exponencialmente el futuro y especular, en este ejemplo (Monopolizo a través de previos acuerdos e servicio de las prensas)..