Tiburones comiendo pececillos

Consejos para evitar convertirnos en el aperitivo de los tiburones

Consejos para evitar convertirnos en el aperitivo de los tiburones

¿Nunca te has preguntado porque la bolsa se suele mover en forma de dientes de sierra? La respuesta es muy sencilla, los tiburones están constantemente comiendo pececillos o, más concretamente, comiéndose los ahorros y el dinero de los pececillos.

Si estás leyendo esto, seguramente serás un pececillo que se inicia en el mundo de la bolsa y quiere invertir unos ahorrillos con la idea de sacarles alguna rentabilidad. Voy a serte sincero: Tus probabilidades de sobrevivir son mínimas y lo más seguro es que acabes engullido en las fauces de algún tiburón. Solamente tendrás una pequeña posibilidad, pero sólo si eres astuto y te mueves como los tiburones y les copias la estrategia.

Entender cómo funciona la mente de un tiburón es fundamental para sobrevivir invirtiendo en la bolsa. Si eres un pececillo inexperto perderás dinero, pero a medida que te vas haciendo un pececillo inteligente, aprendes a moverte entre tiburones, y te llevarás todos los despojos que ellos van dejando en forma de beneficios. Por eso es tan importante aprender a nadar entre tiburones y saber moverse entre ellos, siguiendo la dirección que ellos siguen aunque nunca conviene ponernos delante de sus fauces.

Lo ideal es convertirse en un pez-piloto o en un pez-rémora. El pez piloto es famoso porque acompaña a tiburones, al parecer para alimentarse de sus parásitos y restos de comida. Su relación con los tiburones es prácticamente simbiótica: es rarísimo que un tiburón se coma a un pez piloto, y se ha visto a peces piloto entrar en la boca de tiburones para limpiar los restos de comida de sus dientes. Se llaman pilotos porque van delante del tiburón y parecen guiarlo. Las rémoras se alimentan de los restos de comida de sus hospedadores y además ganan la protección de éstos.

Da igual que decidas ser un pez-piloto o un pez-rémora, tienes que usar la técnica del tiburón, la técnica del depredador, que consiste en engañar. ¿El gran problema del tiburón? Que es demasiado grande y gordo, lo que origina que sus enormes movimientos de dinero acaban dejando huella en el volumen y por ahí es por dónde los podemos localizar nosotros.

La mejor forma de ver a un tiburón es observar los gráficos diarios. Cuando el avance del precio a lo largo de toda la jornada se deshace en la última hora estamos viendo entrar a la mano fuerte. Esto suele dejar velas diarias del tipo cuerpo minúsculo con grandes sombras por arriba y por abajo.

Para encontrar los movimientos de los tiburones, también llamados del dinero inteligente, utilizaremos fundamentalmente el hecho de que un tiburón es grande y gordo. Cuando se mueve deja un rastro enorme, incluso cuando lo hace con sigilo.

Las manos fuertes o tiburones tienden a coleccionar acciones poco a poco, lentamente, durante las fases de suelo. Hacen esto sin que se note demasiado. Mientras las manos débiles están vendiendo (lo que hace caer el precio a lo largo del día) la mano fuerte compra típicamente al final de la sesión (lo que deja el precio de nuevo en el punto de apertura).

Visto desde fuera por los pececillos inexpertos, prácticamente el precio no se ha movido aunque, en realidad, una grandísima cantidad de acciones han cambiado de manos. El pececillo desinformado ve un precio apático, sin interés, casi plano. Normalmente, en esta fase, aparecen todo tipo de noticias de malos resultados de las empresas y otros rumores que hacen que los enormes bancos de pececillos pierdan el interés por el valor y tiendan a deshacerse de sus acciones, que los tiburones acumulan encantados.

A esa maniobra de los tiburones se le llama o denomina acumulación. El precio está prácticamente congelado, pero el volumen, no sólo no es bajísimo como correspondería, sino todo lo contrario, es inusualmente alto.

Entonces los tiburones, las manos fuertes, compran sus últimos paquetes. Y lo hacen muy visiblemente, sin disimulos, descaradamente. Ponen una enorme cantidad de dinero encima de la mesa y comienzan a aparecer espectaculares velas verdes en los gráficos.

En ese momento empiezan a aparecer buenas noticias y mejores rumores en Internet, en las televisiones y en los periódicos. ¿No sospechas o adivinas quién las coloca ahí? Los pequeños pececillos no pueden resistirse, son tan incautos que no quieren perderse movimientos al alza como esos y las manos débiles comienzan a apuntarse a la subida.

Cuando el precio sube mucho, los tiburones, que son los grandes poseedores de las acciones, se lucran maravillosamente. Ellos ya se han hecho de oro a costa de los pececillos incautos. Saben que ha llegado la hora de retirarse, justo cuando la euforia se apodera de la masa compradora que continúa elevando el precio más y más rápidamente. Es entonces cuando los tiburones empiezan a ceder sus acciones a la muchedumbre, despacio, sin que apenas se note.

Ahora los precios se frenan. Día tras día las jornadas comienzan alcistas pero, inexplicablemente, el movimiento se contrarresta en las últimas horas del día, quedando el precio congelado, aunque en el volumen quedan huellas ¿Te suena? A esto se le llama distribución. Los tiburones están vendiendo acciones de forma escalonada haciéndose con los ahorros de los incautos pececillos.

Después de que los tiburones han distribuido sus acciones, cuando ya han acabado de comer y están saciados, la subida continúa un poco más pero sin volumen. Ya sólo las manos débiles y desinformadas están dentro del valor. Los pobres pececillos incautos han sido víctimas una vez más de los tiburones.

De repente, todo el mundo cae en la cuenta de que sus acciones no valen lo que cuestan. El precio se desploma. Los tiburones han ganado y los pececillos han sido devorados.

Una vez más, la historia se repite y se seguirá repitiendo. El dinero siempre fluye en los mismos sentidos. Los tiburones, una vez han comido, dejan pasar unos días esperando que crezcan nuevos pececillos y vuelven a empezar la maniobra de despiste, una y otra vez, dando buena cuenta de todos los bancos de pececillos inexpertos que van encontrando a lo largo del camino.

La inversión a medio plazo, por tanto, debiera ser el juego de descubrir tiburones y agarrarnos a ellos como rémoras. Si ellos tienen el dinero, ¿porqué no dejarles que muevan el precio a nuestro favor? Como pobres pececillos que somos, no ganaremos tanto ni comeremos tan bien como ellos, pero algo ganaremos y algo comeremos. Quizá algún día nos hagamos tan grandes y tan astutos como ellos y podamos convertirnos en tiburones.

En esencia, la estrategia se basa en encontrar valores que están listos para subir durante los próximos meses y apuntarse a la subida en cuanto comienzan a despertar, para abandonarlos cuando empiezan a perder fuelle o sus precios dejan de subir y empiezan a titubear.

No hay nada de predicción en este juego. Se observa el mercado, se localiza en dónde está entrando el dinero inteligente de los tiburones y se copia la estrategia. ¿Que los tiburones compran? Nosotros compramos ¿Que venden? Pues vendemos, y punto.

Si encontrar a los tiburones te parece difícil, sólo te puedo decir una cosa: no te preocupes ni te agobies. Los tiburones son grandes y gordos. Es relativamente sencillo encontrarlos y descubrir sus movimientos. Existen algunos indicadores que nos dan muchas pistas de lo que están haciendo los tiburones, vamos a ver algunos de ellos:

Indicador IVN

Este indicador (Índice de Volumen Negativo) refleja bastante bien los movimientos de las manos fuertes, porque precisamente se fija en los momentos en los que el volumen y el precio no se mueven a la par. Cuando el IVN está por encima de su propia media, las manos fuertes están comprando. Cuánto mayor sea el área comprendida entre el indicador y su media, significará que más rápidamente están absorbiendo acciones los tiburones.

Indicador Manipulación

Otro magnífico indicador de la actividad de las manos fuertes y débiles ha sido creado por el español Josep Hervás. Se llama Manipulación y es asombrosamente efectivo.

Su principio de funcionamiento, aunque no está basado en el IVN directamente, se basa en las relaciones entre precio y volumen. También detecta cambios en la direccionalidad del precio (giros bruscos) y distancia entre el cierre del día anterior y apertura del día actual frente a la distancia entre apertura y cierre del día actual.

La representación gráfica resalta en azul las compras y ventas de los tiburones y en color verde las de las manos débiles.

Para obtener este indicador y aprender más sobre él puedes visitar este enlace: http://sistemasdetrading.es/indicador-manipulacion-para-prorealtime/

Indicador Koncorde

Xavier García, conocido como Blai5, ha confeccionado el famoso indicador técnico Koncorde. Este indicador presenta con área azul al IVN sobre su propia media móvil. Del mismo modo, utiliza el IVP (Índice de Volumen Positivo, el indicador opuesto al IVN) para señalar en verde cuando compran y venden las manos débiles. Por último, añade una zona marrón a la que traspasa una media móvil roja que nos muestra la tendencia y señala buenos puntos de entrada y salida. Para más información sobre el Koncorde y para descargarlo, visita la web de Blai5: http://www.blai5.net/

Espero que este artículo te haya ayudado a comprender a los tiburones y, sobre todo, cómo podemos aprovecharnos de ellos para hacer crecer nuestras inversiones sin acabar “comidos” en el intento.